El papa Francisco aterrizó este lunes en Santiago casi una hora antes de lo previsto, para realizar una visita de tres días que lo llevará también por las ciudades de Temuco (sur) e Iquique (norte), antes de proseguir su gira por Perú.
La presidenta Michelle Bachelet y tres pequeños que le entregaron un ramo de flores recibieron al papa al pie de la escalerilla del avión, así como miembros de la iglesia y otras autoridades. El fuerte viento hizo que Francisco, que inicia su sexto viaje a la región, se quitara el solideo al salir del avión.
Durante el vuelo a Santiago, el papa argentino distribuyó a los 70 periodistas que lo acompañan una foto tomada en Nagasaki tras la explosión en 1945 de la bomba atómica con la leyenda "fruto de la guerra", escrita de su puño y letra, en la que se ve a un niño con el cuerpo de su hermano muerto en la espalda en una fila para cremarlo.
Como suele ser habitual cuando el avión en el que viaja entra en el espacio aéreo de algún país, Francisco envió a los argentinos "cálidos augurios" y una bendición, aunque no precisó, como muchos esperaban, la fecha de una eventual visita a su país natal.